lunes, 1 de agosto de 2016

Barcelona, una experiencia turística y gastronómica que nos enseña el valor de Cataluña


La gentil compañía de Mariano Fuster Embajador Mundial del Cava Juve Camps y su equipo, la riqueza de las tierras del Penedés, de las bodegas de Juve y Camps y descubrier en un corto viaje la hospitalidad de Barcelona, su cultura y rica arquitectura, como escenario de una extraordinaria gastronomía, es un privilegio que nos invita a compartir.
El valor gastronómico de Barcelona, se dio a conocer desde los siglos XIV y XV al publicarse los primeros recetarios europeos de cocina escritos en lengua catalana, como el denominado Sent Soví de la cocina medieval, representativo de la edad de oro de la gastronomía de Cataluña.
Desde aquel entonces, el principal logro de la cocina catalana ha sido el unir la herencia clásica y visigoda a las refinadas influencias de la cultura andaluza mediterránea, plena de especies y tesoros orientales. Los árabes legaron a la península Ibérica muchos productos, siendo algunos de ellos incorporados a la idiosincrasia alimentaria catalana: como el arroz, las espinacas, las berenjenas, los limones, el azúcar, el azafrán, el jengibre, la leche de almendras, los fideos, las verduras, en comunión con el pescado y otros productos propios del entorno mediterráneo.
Igualmente con el tiempo se fueron uniendo otros de ultramar, provenientes de tierras americanas, dando origen a platos emblemáticos y referencias de la cocina de Cataluña, como la butifarra con judías, la escalibada con pimientos, el trinchado de col y papas, el pan con tomate e incluso el pan con chocolate para merendar.
Por otro lado el mercado hostelero y de restauración de Barcelona, tuvo su origen siguiendo las iniciativas de Georges Auguste Escoffier, cocinero y gastrónomo francés, quien durante la guerra franco-prusiana de 1870, dirigió el servicio de cocina del mariscal Bizaine y luego el del emperador alemán Guillermo II siendole otorgado el título de “Emperador de los Cocineros”.
Escoffier fue el precursor de simplificar, modernizar y elevar a la categoría social de respeto a la profesión del cocinero, introduciendo disciplina y sobriedad.
Organizó sus cocinas con el sistema de brigadas, distribuyendo cada sección por un jefe de cocina. También cambió la práctica del “servicio a la francesa” (todos los platos a la vez) por el “servicio a la rusa” (servir los platos en el orden en que aparecen en la carta), dando inicio al mercado de restauración.

Lo tradicional de Barcelona

La cocina en Barcelona es tan emblemática como El Juanillo, del Pinotxo Bar en La Boquería uno de los personajes más retratados en todo el mundo cuando visitas el mercado . Su cocina de mercado, en ese puesto que visita todo el mundo, está basada guisos como la escudella i carn d’olla, potaje con verduras, arroz, fideos y patatas, servido como sopa, el cocido con judias blancas, que incluye butifarra (tradicional salchicha catalana), pilota (masa de carne de vaca), pan, huevo y especias, o similares versiones como faves a la catalana o botifarra amb monjetes, y el arroz a la cazuela, parecido a la paella valenciana.
En sus especialidades de pescado podemos citar la “zarzuela”de mero, rape, langostinos o gambas, calamares y mejillones. De esta zarzuela existe una versión más noble “la opera”, que en vez de langostinos tiene langosta. Otra receta muy típica es el suquet de peix, bacalao condimentado en recipiente de lata. Entre sus postres destacamos la conocida crema catalana, que es una especie de flan de yema, el requesón con miel y el postre de músico, elaborado con piñones y pasas.
Por otro lado, conocer a Barcelona, es degustar sus vinos, reconocidos en todo el mundo los tintos de Peralada, Alella, Tarragona y Priorat y entre los blancos los del Penedés, de estos los más exclusivos para el mercado nacional, son los provenientes de las bodegas de Juve y Camps; productores a su vez de uno de los vinos espumosos más emblemáticos de Cataluña, El Cava., el cual compartiré con nuestros lectores, a lo largo de este reportaje

Arquitectura que se une a esta experiencia gastronómica

Lo mejor de la gastronomía catalana, junto al cava de Juve y Camps, fue el escenario envolvente para disfrute de ésta ciudad rica en arquitectura, bohemia y contrastes. La Barcelona Arquitectónica se distingue por ser “la capital del modernismo”, la misma ostenta un valor cultural e histórico sin precedentes.
Antonio Gaudi, ciudadano de Barcelona, trabajó durante toda su vida dejando un legado impresionante, entre sus obras destacan: El Parque Güell (Parc Güell), la Casa Milà, también conocida como “La Pedrera”, la Casa Batlló, El templo de La Sagrada Familia, el cual permanece siendo el monumento que mas visitas recibe en España al año.
El Hospital de Sant Pau, el Palacio de la Música Catalana construido por Lluís Domènech i Montaner,el Palau Macaya. Además del modernismo, Barcelona también nos ofrece obras concebidas en el Gótico, como: La Catedral de Santa Eulalia, la Basílica de Santa María del Mar, Santa María del Pí, junto a la arquitectura contemporánea, como el Pabellón alemán de Ludwig Mies van der Rohe, Pabellón de la República o Fundación Joan Miró.

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