La mantequilla es necesaria para la elaboración de algunas recetas de repostería en las que se necesita en pomada, o simplemente cuando se quiere untar sobre una tostada. Estos trucos son ideales cuando está muy fría y dura, puede estar incluso congelada. A continuación dejamos unos cuantos para ablandar la mantequilla sin problemas.
1. Poner la mantequilla en la superficie donde se trabajará. Usar un rodillo para aplanar la mantequilla en la bolsa o papel encerado. Permitir que la mantequilla repose por 3 minutos después de aplanarla para que se eleve su temperatura.
2. La mantequilla se puede rallar, con esto se reduce significativamente su tamaño y sube la temperatura con facilidad, algo que también favorece el calor de la fricción con el rallador.
3. Uno de los recursos más utilizados, quizá, es el microondas, se introduce la mantequilla cortada en trocitos en un bol, preferiblemente en la función descongelar, aun así hay que tener mucho control para que no se funda, si la mantequilla se necesita a punto pomada no debe fundirse, pues entonces se convierte en líquido.
4. Poner en una olla un poco de agua, y calentarlo. Introducir la mantequilla que se necesita para la receta en una bolsa de plástico. Introducir a su vez la bolsa de plástico en la olla de agua caliente. Dejar que se ablande. Esto es ideal cuando no queremos ablandarla en el microondas, ni cortarla a trozos, ni darle golpes.
Tip: Si te pasas con el tiempo en el microondas y la mantequilla queda muy líquida espera a que gane consistencia al enfriarse y adquiera el punto pomada.
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