Después de estar en la cúspide, Juan Socias perdió casi todo, tuvo que empezar de cero a los 60 años y logró volver a la cima
Cuando conocí a Juan Socias, me llamaron la atención tres cosas: sus conocimientos en el área de control de cambio, su humildad y su honestidad. Con el tiempo nos hicimos amigos y contándonos nuestros éxitos y fracasos, me di cuenta de que es una persona digna de admiración.
Él no es solo una prueba viviente de mis teorías de que el entorno no es el factor determinante del éxito, sino un emprendedor de la tercera edad que después de estar en la cúspide, perdió casi todo, tuvo que empezar de cero a los 60 años y logró volver a la cima.
Desde 1971 trabaja y había llegado a ser asesor de la presidencia en uno de los principales grupos financieros del país. Luego perdió su empleo y estaba quebrado por otros negocios que no le salieron bien. Se levantó, se sacudió el polvo y continuó con los ojos abiertos en la búsqueda de nuevas oportunidades.
No se quedó cómodamente en su casa echándole la culpa a los factores externos de sus fracasos, sino que con los ojos abiertos siguió buscando oportunidades y consiguió un nicho de mercado, el área de control de cambio, un terreno nuevo para todos.
El 22 de enero de 2003, día en que empezó el control de cambio en Venezuela, dio a conocer su compañía, Grupo Soluciones. Ese día envió el primero de los más de 5.000 boletines que ha despachado a sus suscriptores en casi 12 años que lleva el control de cambios. Sus conocimientos de economía, experiencia en cargos gubernamentales y seguimiento de la situación país le habían hecho concluir que venía un control de cambio en cualquier momento y tenía todo preparado para enviar su primer boletín el día que anunciaron su entrada en vigencia.
Uno de los motivadores más importantes de Estados Unidos, Art Williams, sostiene la teoría de que no importa el problema o la caída que tengas. Tienes que seguir hacia adelante tratando y tratando y tratando hasta que logres el éxito otra vez.
Juan es el vivo ejemplo de una de las frases de Art Williams: Just do it- you do it and do it and do it until the job gets done. Este motivador habla de que si un empresario pierde su capital y su trabajo, hay que empezar de cero y trabajar duro y trabajar duro y trabajar duro hasta que llegues a la cúspide otra vez.
Qué difícil debe haber sido para el exprofesor de Stanford (una de las cinco universidad más importantes de Estados Unidos), ex vice ministro de Ciencia y Tecnología, exrepresentante ante la Comunidad Andina (CAN) de gremios empresariales de Venezuela, gerente general, de Ventas, Mercadeo, Nuevos Negocios y Relaciones Públicas en varias empresas venezolanas y muchos otros cargos muy importantes dentro y fuera del país, empezar de cero y en la quiebra a los 60 años de edad.
“Mi único capital era la ropa que tenía puesta, mi computadora y mis ganas de estudiar y trabajar”, menciona Juan. Fue muy hábil al encontrar una oportunidad para apalancar su experiencia como consultor en los controles de cambio: Recadi(83-89), Otac (94-97) y su experiencia en cargos gubernamentales.
Ninguno de sus amigos creía en él, ellos pensaban que el control de cambio no iba a ser duradero. “Vas a perder lo que no tienes”, le decían sus amigos. Estas medidas durarán tres semanas o tres meses, no más. Pero Juan creía en él, tenía su visión y siguió adelante, característica de todos los emprendedores exitosos, confianza en sí mismo. Un emprendedor exitoso tiene la visión que el común denominador no tiene.
Sin dinero, con trabajo duro y mucho esfuerzo se fue ganando la confianza de las cámaras empresariales. Estudiando mucho, siendo muy serio, sin ocultar la realidad, ni exagerar sobre sus efectos fue ganando la confianza día a día de sus clientes.
Ahora, el Grupo Soluciones cuenta con siete profesionales, alrededor de 300 clientes, son consultores de Fedecámaras, Conindustria, Consecomercio, Avex, Cavecol y una veintena de las principales cámaras de comercio y producción sectoriales y regionales del país. También son consultores acreditados internacionalmente por el Banco Interamericano de Desarrollo, a través de la calificación IMF, International Mutual Investment Fund.
Yo me identifico mucho con Juan, porque cuando por razones familiares tuve que dejar mi trabajo en EEUU para volver a Venezuela, era un desconocido y hoy he llegado a donde estoy con mucho esfuerzo. Aunque no soy de la tercera edad, tuve que empezar de cero después de 17 años de vivir en el exterior. El ejemplo de Juan nos demuestra que no hay edad para emprender y su éxito debe ser la inspiración de todos los emprendedores de la tercera edad en Venezuela.
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