lunes, 14 de septiembre de 2015


Oriunda de América del Norte y Europa, se introdujo en 1937 y desde entonces adoptó aguas merideńas para convertirse hoy en día, en un símbolo representativo de la región andina
Al pasar de los ańos, la trucha se ha convertido en un icono representativo de Mérida. Al hablar del pez, inmediatamente se asocia con la zona andina y es muy común que la primera pregunta del turista al llegar a la ciudad de Santiago de los Caballeros es¿dónde comprar una trucha?.

En Venezuela sólo existen cinco truchiculturas. Cuatro están radicadas en Mérida y una en Trujillo. Una de ellas, con 30 ańos al suministro local y nacional, es la truchicultura El Paraíso, ubicada en la parte alta de Mucunután en el municipio Santos Marquina, y basada en la cría y engorde del pez.
Aunque la distribución es a nivel nacional, Mérida se ubica en la región más consumidora de trucha, puesto que mensualmente “se suministra cerca de 4 mil kilos a diferentes restaurantes y supermercados de la zona”, así lo informó el propietario de El Paraíso, José Ignacio León.
La producción es local y nacional aunque se ha hecho el intento de exportar no se ha podido puesto que hay muy pocos truchicultores en Venezuela a pesar de que existe el potencial y aún los precios son muy competitivos en comparación a los que están en el mercado a nivel internacional, expresó el veterinario León.
Explicó que la trucha tiene un proceso de crianza riguroso. Una vez que nace los alevines se colocan en tanques de incubación con una dieta de leche en polvo y huevos deshidratados de manera que se les suplan los requerimientos energéticos necesarios para su desarrollo.
Cuando tienen mes y medio, se pasan a los tanques de alevinaje, donde tienen una dieta variada para luego ser trasladados a los tanques de cría, este proceso dura de tres a cuatro meses, tiempo en el que es necesario un proceso de selección con equipos especializados para evitar el canibalismo entre ellas.
“La trucha es carnívora que ataca a otros peces, por tal razón son seleccionadas por tamańo para que no se ataquen entre si, asimismo no pueden convivir con otro tipo de pez”, resaltó León.
Luego pasan a un estanque de engorde, donde son seleccionadas según su tamańo y peso para llevarlas al matadero, donde se limpian, lavan y se colocan en bolsas individuales y congelarlas, lo cual facilita el proceso de comercialización local y nacional.
El proceso desde que nace hasta que sale a la venta, según León, es de aproximadamente un ańo y se calcula que para engordar un kilo de trucha se necesitan dos kilos de alimento concentrado y este tiene un valor aproximado de 3 mil 200 bolívares el kilo.
Ante el alto costo del alimento, informó el veterinario, se están realizando una serie de diligencias para buscar la manera de que el Seniat exonere gran parte de los impuestos para importar el mismo, debido a que en Venezuela sólo hay un productor y existen monopolios que no son muy convenientes para los truchicultores.
En cuanto a la producción de ovas o alevines, León destacó que hoy en día hay centros de producción como el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA), que se encargan de suministrarlos para que el truchicultor realice la crianza y engorde del pez, en otros casos, se importa.
En 1938, León manifestó que se introdujeron 200 mil huevos más y así se fue “sembrando en tierras venezolanas. Lo mismo ocurrió con Colombia, Bolivia y Perú, pero la realidad es que no es oriunda de América Latina, proviene de la América del Norte y Europa”.
En cuanto a al gusto y color de la trucha, León manifestó que es un mito que la trucha azul o rosada tenga un sabor diferente.
Aclaró que todas tienen un alto valor nutricional por los altos contenidos de proteínas, vitaminas, minerales y bajo colesterol y por ser un alimento versátil, se puede preparar de múltiples formas.
En cuanto al color, aseguró que el mismo es un acto de pigmentación de la piel, “así como hay seres humanos albinos por la poca pigmentación, lo mismo sucede con los animales, en el caso de la trucha arco iris, y por la pigmentación que tiende a un color azul o dorado”.

La azul es un pigmentación que lleva a ese color y aquella que no tienen ningún tipo de pigmentación es la dorada, a excepción de la salmonada que es alimentada con concentrados que contienen pigmentos a base de carotenos para obtener una tendencia rosada pero en cuanto al sabor todas son iguales.

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