jueves, 24 de septiembre de 2015

FACULTADES MENTALES

Las monjas de Mankato

“Una mente perezosa es el taller del diablo” (Proverbios)
​ 


En su manual Tu cerebro más joven, Tony Buzan pone como ejemplo de
​ 
longevidad intelectual una comunidad de monjas de un recóndito lugar
​ 
de Minnesota (EE UU) llamado Mankato. Desde hace tiempo interesa a los
​ 
investigadores del envejecimiento cerebral, ya que muchas de estas
​ 
mujeres superan los 90 años y hay una cuantas centenarias, la mayor parte de ellas con una asombrosa agilidad mental.
​ 
Una monja de esta comunidad, Marcella Zachman, fue portada de la revista Life porque impartió clases hasta los 97 años. Otra hermana,
​ 
Mary Esther Boor, no se jubiló de su trabajo hasta los 99 años.

El profesor David Snowdon, de la Universidad de Kentucky, investigó
​ 
p
or qué entre estas mujeres hay un índice de demencia senil y otras
​ 
enfermedades mentales muy inferior a la media. La respuesta es que las
​ m
onjas de Mankato hacen todo lo posible para mantener la mente ocupada
​ 
en su vida cotidiana.

Compiten en concursos, resuelven pasatiempos y mantienen debates,
​ 
además de escribir en sus publicaciones, dirigir seminarios y dar
​ 
clases. Según Snowdon, el estímulo diario revitaliza los conectores
​ 
del cerebro, que tienden a atrofiarse con la edad, haciendo que se
​ 
ramifiquen y creen nuevos vínculos.
 Estudiosos del cerebro humano han demostrado que la red neuronal del
​ 
c
erebro nunca es la misma, ya que, dependiendo de nuestra actividad,
​ 
fortalecemos unas conexiones a la vez que debilitamos otras. Cada
​ 
experiencia enciende su propio patrón de neuronas, por lo que el mapa
​ 
cerebral cambia sin cesar.

Ésa es la buena noticia: puesto que el buen estado de los circuitos
​ 
del cerebro depende de lo que hacemos con él, 
​ 
p
odemos evitar la
​ 
pérdida de facultades mentales tonificando nuestra materia gris con
​ 
retos y estímulos de calidad.

La regla de las 10.000 horas

“Lleva mucho tiempo llegar a ser joven” (Pablo Picasso)
En un libro del que se ha hablado mucho recientemente, Fuera de
​ 
serie, Malcolm Gladwell postula la regla de las 10.000 horas. Según
​ 
las estadísticas recogidas por el autor, es el tiempo que necesita
​ 
a
plicarse a una misma actividad cualquier persona para alcanzar la
​ 
maestría.

Contrariamente a lo que se cree, el cerebro de un genio no es
​ 
diferente del de alguien común y corriente, tal como se comprobó en la
​ 
disección del de Einstein. Todos tenemos más talento para unas
​ 
d
isciplinas que para otras, pero lo que distingue a la persona
​ 
brillante del resto son esas 10.000 horas que ha dedicado a una misma
​ 
cosa, sea el violín, la informática o la gestión de un negocio.

Esta regla también se aplica al rendimiento del cerebro. Según los
​ 
neurólogos, cuando lo mantenemos ocupado a través de la lectura, la
​ 
creación artística o el juego, aumenta la llamada memoria automática,que es la que nos permite hacer cosas sin pensar en ellas.

Es el caso del ajedrecista que, en los primeros compases de la
​ 
partida, mueve sus piezas sin tener que cavilar. O el de un pianista
​ 
d
e nivel que interpreta una compleja partitura mientras habla con
​ 
alguien. Su esfuerzo y constancia les han procurado un seguro de vida
​ 
para sus facultades intelectuales, que operan incluso sin que
​ 
intervenga la conciencia.

Algunos ejemplos de que la agilidad mental no está reñida con la edad
​ 
fueron Miguel Ángel, quien dio luz a sus mejores obras de los 60 a los
​ 
8
9 años, hasta su último día de vida. Goethe terminó su obra maestra
​, 
Fausto a los 82 años. Y un escritor más cercano a nosotros, José
​ 
Saramago, mantuvo hasta poco más de los 87 años una más que
​ 
envidiable actividad literaria. Su secreto estaba conformado de dos
​ 
ingredientes básicos: trabajo e ilusión. (Y los tuyos... cuáles
​ 
son...?)
 
L
as 7 claves de un cerebro joven

Envejecer es un mal vicio que no se pueden permitir los que andan muy
​ 
ocupados” (André Maurois)

Como no todo el mundo tiene tiempo o ganas de escribir novelas o de
​ 
tocar el violín, vamos a ver las claves para mantener el cerebro joven
​ 
a cualquier edad.

Según el divulgador William Speed, hay siete cosas que todo el mundo
​ 
debería hacer para que su centro de operaciones no vea menguado su
​ 
rendimiento:

1. Ejercicio.
​ ​
Según los especialistas en terapias antiaging, el mejor
​ ​
tonificador del cerebro son las zapatillas de deporte, ya que mejora
​ ​
el ritmo cardiaco y, por tanto, la circulación de la sangre. Un
​ 
cerebro bien irrigado mantiene en buen estado las conexiones entre las
​ 
neuronas, que son esenciales para el pensamiento. Por tanto, el
​ 
ejercicio suave suministra más sangre y oxígeno a nuestro tejido
​ 
cerebral, evitando que se deteriore.

2. Buena alimentación. El consumo de alimentos ricos en antioxidantes
​ 
–frutas y verduras, legumbres, frutos secos, té verde–no sólo ayuda a
​ 
prevenir el cáncer, sino que neutraliza los temidos radicales libres
​ 
que envejecen el cerebro. Una dieta demasiado grasa, además, puede
​ 
d
erivar en presión arterial alta, diabetes, obesidad o colesterol, los
​ 
cuales dificultan el riego sanguíneo también en el cerebro.

3. Aprender siempre. Aunque nuestra materia gris empieza a envejecer a
​ 
 los 30 años, un aprendizaje constante permite mantener la agilidad.
​ 
P
ara ello debemos procurar a la mente ejercicios y nuevos desafíos.

4. Mantener la calma. Jeansok Kim, un investigador de la Universidad
​ 
de Washington, asegura "que el estrés puede dañar los procesos
​ 
cognitivos como el aprendizaje y la memoria". En especial, el estrés
​ 
crónico debilita la región del cerebro denominada hipocampo, donde se
​ 
forma y consolida la memoria.

5. Dormir suficiente. Un estudio llevado a cabo en Harvard con
​ 
estudiantes de matemáticas demostró que un buen descanso nocturno
​ 
duplicaba la capacidad de los participantes para resolver problemas
​ 
planteados el día antes. Esto se debe a que, mientras dormimos, el
​ 
cerebro se mantiene activo y tiene tiempo de sintetizar lo que ha
​ 
aprendido con anterioridad. La expresión “voy a consultarlo con la
​ 
almohada” tiene, por tanto, mucho sentido.

6. Reír. El humor estimula la generación de dopamina, una hormona y
​ 
neurotransmisor que nos hace “sentir bien”. La risa nos ayuda a
​ 
r
elativizar nuestras preocupaciones, con lo que evitamos que nuestra
​ 
mente se ancle.

7. Aprovechar la experiencia. Lo bueno de hacerse mayor es que
​ 
atesoramos un archivo con millones de situaciones que nos proporcionan
​ 
criterio. Esta información podemos aprovecharla para afrontar
​ 
problemas –nuestros o de otras personas– para los que una persona
​ 
joven no está preparada.

Juegos para el cerebro.

“Los seres humanos no dejan de jugar porque envejecen; envejecen porque dejan de jugar” (Oliver Wendell Holmes).

En las farmacias se venden sofisticados complementos vitamínicos para
​ 
nutrir nuestro músculo pensante, y las tiendas de productos naturales
​ 
recomiendan ginseng para la vitalidad y gingko biloba para reforzar la
​ 
memoria. Sin embargo, la 
​m​
ayoría de especialistas coinciden en que el
​ 
juego es el protector número uno de las facultades mentales.

La terapeuta Amber Hensley aconseja incorporar a nuestra rutina diaria
​ 
alguna de estas actividades para mantener bien lubricada nuestra red
​ 
neuronal:

• Juegos de mesa como el ajedrez, las damas, el dominó o las cartas,
​ 
incluyendo los solitarios.

• Puzzles, mecanos y otros juegos de construcción.

• Crucigramas, sudokus o cualquier pasatiempo.

• Cruciletras o Scrabble, juego que consiste en armar palabras sobre un tablero.

Para los que se aburren con esta clase de pasatiempos, aprender un
​ 
idioma es una excelente manera de engrasar todos nuestros circuitos
​ 
cerebrales, ya que implica ejercitar la memoria, entender nuevas
​ 
estructuras y sintetizar reglas gramaticales.

Por supuesto, dos actividades como leer y escribir también resultan
​ 
una gimnasia mental de primer orden, al igual que aprender a tocar
​ 
algún instrumento musical.

Una actitud optimista será el complemento imprescindible para que
​ 
nuestro cerebro sea un generador de creatividad en lugar de un pozo de
​ 
lamentos.

Alimentar la curiosidad y celebrar cada día que pasamos en el mundo es
​ 
todo lo que hace falta para no retirarnos nunca del lado soleado de la
​ 
vida.

Como reza un proverbio irlandés, “nunca lamentes que te estás haciendo
​ 
viejo, porque a muchos les ha sido negado este privilegio”.
 
​P
ara mantener la mente fresca.

1. Libros
‘Tu cerebro más joven’, Tony Buzan (Urano).

‘Fueras de serie’, Malcolm Gladwell (Taurus).

2. Películas

‘Ahora o nunca’, Rob Reiner (Warner Home).

‘Space cowboys’, Clint Eastwood (Warner Home).

 "Los puentes de Madison" de Clint Eastwood.
  
3. Discos

‘At my age’, Nick Lowe (Proper Records).

‘Buena Vista Social Club’, Ry Coder (World Circuit).


“La única forma de mantenerse joven mentalmente es no dejar nunca de jugar.
​ 
Independientemente de la edad, debemos vivir como si estuviéramos
​ 
poniendo a prueba el mundo, es decir, seguir siendo niños.

Cuando observamos a grandes artistas como Matisse, Picasso o Miró,
​ 
entendemos que en esencia continuaron haciendo lo mismo que en su
​ 
infancia: jugar, divertirse, ponerse nuevos retos. Mantener la ilusión
​ 
cada día y no renunciar a los valores de la infancia es el elixir de
​ 
la juventud.

También para el cerebro, pues en cuanto empiezas a pensar como un
​ 
viejo ya has perdido la batalla. Por eso es bueno que los abuelos
​ 
estén cerca de sus nietos y les vean jugar e imaginar. Los niños son
​ 
nuestros mejores maestros”.(Gerard Rosés, pintor).

"Nada en esta vida es producto de la coincidencia o de la casualidad,
​ 
o que hagamos en este mundo, mientras la materia del cuerpo tenga
​ 
vida, tendrá repercusiones en la eternidad de nuestro espíritu."

No hay comentarios:

Publicar un comentario