Agradezco a mi amigo el pintor tovareño MARTIN MORALES que me envía estos bellos correos,
deseo compartirlo con todos ustedes, realmente hermoso.
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Poesía Anónima Wayúu (Venezuela)
"LA MUERTE GUAJIRA"
A cada uno de nosotros está unida un alma. Ella es como un pedazo pequeño de algodón blanco, como el humo. Pero nadie la puede ver.
Nuestra alma nos sigue a todas partes, como nuestra sombra. -Algunos dicen que la sombra es la forma del alma, y el alma le dan el nombre de la sombra-.
Nuestra alma no nos deja sino durante el sueño, o cuando estamos enfermos, o cuando hemos sido flechados por un wanülü.
Todo lo que ocurre en nuestros sueños es lo que ocurre en nuestra alma. Si un guajiro sueña que está afuera, cerca de un pozo, en una casa… o si ve pájaros, ello quiere decir que su alma ha salido de su corazón, naa ^in wayuu ajuittüsü zulú naaìn, pasando por su boca, para volar allá. Pero su corazón sigue trabajando.
Sin embargo es nuestra alma la que nos hace morir. El hombre que sueña que se muere no despierta más. Su alma lo ha dejado para siempre. Está todavía vivo, aquel que sueña que le han enterrado un puñal en el pecho.
Pero su alma ya está muy herida. La enfermedad está allí. La muerte está cercana.
Cuando un guajiro se enferma, su alma está como prisionera, allí donde se encuentra el Sueño. Es ahí entonces que el espíritu del chamán puede encontrarla y devolvérsela al enfermo. Pero si no la encuentra, si está escondida, si ella ha entrado en algún lugar, el guajiro muere. Su alma ha atravesado el camino, el camino de los indios muertos: spüna wayuu ouktüsü, la Vía Láctea.
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