Admirados Xinia y
Peter, hace ya algunos años supe de ustedes gracias a nuestra amiga en
común Jackeline Goldberg. Entonces, yo estaba al frente de una hermosa
revista, Papa y Vino, que hacíamos desde Maracaibo con mucho orgullo y
dedicación, tal y como se preparan los buenos menús. Siempre he querido
conocerlos, comer, conversar con ustedes, compartir y volver a comer...
Hoy me entero de esa excelente idea de combinar poesía y gastronomía. Halagos para el alma y el paladar. Mejor, imposible
Celebro que sigan allí, consecuentes con sus fogones y con quienes disfrutan de sus propuestas.
Me encantaría dejar todo y volar hasta Mérida. Lo haré, en cualquier momento para saldar la deuda que tengo conmigo.
Mucha suerte, sigan adelante. Reciban un abrazo de esta admiradora platónica
Loly Añez
Mis saludos a Jackie, amiga siempre
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