El FESTÍN de los jóvenes cocineros
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Los cocineros, los anfitriones Xinia y Peter y los maestros de ceremonia, María Fernanda Di Giacobbe y Sumito Estévez |
Un maleficio me separa de las
actividades de Venezuela Gastronómica. Por alguna razón, cuando comienzan
parto, cuando llego ya culminaron. Pero poco a poco el extraño desencuentro
comienza a desdibujarse.
El viernes pasado comenzó el muy
esperado evento dedicado a Mérida. Fui invitada exclusivamente a la cena de
inauguración, un banquete celebrado en la Posada Xinia y Peter y conducido por
los jóvenes cocineros Sonia Semidey (Carora); Luis Daniel Rojas, (Caracas); Néstor
Gutiérrez (Mérida); y Teo Zurita (Mérida).
Xinia y Peter son los amos de la más
bella y cálida posada que conozco en Mérida. Mis días allí tuvieron efectos de
spa, de retiro espiritual, de vuelta a casa. Fui consentida desde el desayuno
hasta la cena, desde el baño a la cama. Hasta los rotundos truenos de dos noches
de lluvia se confundieron con una placidez que no dejaré de agradecer.
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Los panes de Bruzual |
Una cena inolvidable
El viernes a las 8 pm todo estaba
dispuesto para setenta personas que no hicieron multitud. Fuimos recibidos con
un espumante y del resto de las bebidas se encargó la Distribuidora deAlimentos FUSARI C.A.
El primer bocado, el de la bienvenida,
fue creatura de la propia Xinia Camacho, una rica Terrina de gallina sobre
casabe, con el que probamos el vino espumoso francés De Berville Brut, elaborado
con uvas Sémillon y Ugni Blanc.
De inmediato llegó una variedad de
exquisitos panes de Juan Carlos Bruzual, hechos con productos de la zona y
pasión viajera.
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El ceviche antes de su leche de tigre |
Ante la lamentable ausencia de Víctor
Moreno, el equipo se unió para obsequiarnos con un ceviche inspirado en la
propuesta original de Moreno. Sus ingredientes poderosos fueron huevas de trucha y morera, frutilla
exquisita que descubrí en este viaje y de la que hablaré largo en un próximo
post. Con el colorido Ceviche —sumergido en una equilibrada leche de tigre— comenzó
a correr el vino blanco Domaine De Pellehaut Harmonie Gascogne 2011, brillante
y claro como esa noche entre paladares gozosos.
Siguió como entrada una sopa sutilmente
titulada “Pan de miel en punto de gemidos”, de queso de cabra azul servida en
un pancito tibio de miel, obra de la chef caroreña Sonia Semidey.
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Trucha enamorada de su páramo |
El primer plato hizo su entrada
triunfal con una visión mágica y una muestra de lo que puede lograr un chef con
productos a mano y conceptos claros. Luis Daniel Rojas fue el artífice de la
“Trucha enamorada de su páramo”, suave trucha arcoíris al vapor, sobre una
columnata de puré de cambur, acompañada por una memoriosa mousse de alcachofas.
Flores y ramas de lavanda hacían remontar ríos y placeres.
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Cuello seductor |
El segundo plato produjo cierto temor
entre los escépticos y en mí una emoción atávica que de golpe me llevó a la
cocina de mi padre: Cuello seductor, obra de Néstor Gutiérrez. Eran “pescuezos”
de gallina delicadamente rellenos con cerdo, salvia y piñones. De mordida
suave, como la más refinada de las salchichas. Aquí resultó extraordinario el
diálogo con el vino tinto Domaine De Pellehaut Harmonie Gascogne 2011, de un rubí
sensual.
No hubo postre sino postres. Muchos y
bien acompañados. La Distribuidora de Alimentos FUSARI C.A. se lució con tres
destilados a los que correspondieron tres bien escogidos manjares. Jesús Nieves
Montero nos paseó por el origen y méritos de cada bebida. Inició la ronda una
Grappa Poli Mirtillo (con infusiones de arándanos) que dialogaba con el dulzor
de Teo Zurita: un bizcocho húmedo, con fresas y maravillas que a esa hora
revoloteaban en el cuerpo. Siguió un Eau-de-Vie Poire William's, regañador pero
que fluyó directo al pecho en su conversa con un pastelito de hojaldre relleno
de frutas sobre crema inglesa. Y finalmente, un triunfante Calvados Coeur de Lion
le dijo lo suyo a un solitario bombón de Chocolates La Mucuy.
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Xinia y Sumito, sabios en sonrisas y misterios |
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Luis Daniel Rojas |
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Sonia Semidey
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