Las infecciones alimentarias por salmonelosis,motivada por el consumo de alimentos preparados a base de huevos, puede evitarse a través de unos consejos oportunos.
La Salmonella, es una bacteria que se encuentra habitualmente en el intestino de las aves y de mamíferos sanos, y en los principales alimentos en los que se puede encontrar son los huevos, la carne cruda de pollo, de pavo y de cerdo.
Para padecer de esta enfermedad, solo basta con ingerir uno de estos alimentos contaminados, lo que provoca normalmente fiebre, dolor abdominal, vómitos y diarrea entre las 12 y 72 horas posteriores al consumo.
Existen distintos grados de afección, depende del estado de la persona, algunas se recuperan sin tratamiento y otras pueden tener necesidad de ser ingresadas y enfrentarse a serios problemas de salud.
Se hace necesario tomar las precauciones necesarias para evitar la presencia de Salmonella y de alguna manera analizar estos consejos para prevenir la salmonelosis, específicamente por consumo de huevo manteniendo hábitos higiénicos sencillos:
Comprar huevos con la cáscara intacta y conservarlos en la nevera.
Respetar la fecha de consumo preferente.
No lavar los huevos para guardarlos, a lo sumo, lavarlos antes de utilizarlos.
No romper el huevo en el borde del plato en el que se va a batir.
No recoger un trozo de cáscara de huevo que ha caído en el plato con otro trozo de cáscara.
No separar yemas de claras utilizando las cáscaras.
Lavarse las manos con frecuencia cuando se estén manipulando huevos y se vayan a tocar otros alimentos o utensilios de cocina
No utilizar ningún utensilio que haya tocado el huevo crudo para manipular o servir el huevo cocinado, en el formato que sea (platos, tenedores, espátulas…)
Cocinar el huevo a una temperatura que alcance los 65-70º C
Conservar en el frigorífico las comidas que contengan huevo (tortillas, salsas, natillas, huevos duros…)
En el caso de hacer tortillas, cuajarlas bien en el centro y consumirlas recién hechas o mantenerlas refrigeradas hasta el momento de comer
Elaborar salsas como la mayonesa con huevos pasteurizados, y si se usan huevos frescos, hacerlas justo antes de su consumo, después tirar las sobras.
También se pueden hacer salsas sustituyendo el huevo crudo
No proporcionar salsas con huevo crudo a personas más susceptibles, niños muy pequeños, personas mayores, embarazadas, personas con problemas de inmunidad…
Respetar la fecha de consumo preferente.
No lavar los huevos para guardarlos, a lo sumo, lavarlos antes de utilizarlos.
No romper el huevo en el borde del plato en el que se va a batir.
No recoger un trozo de cáscara de huevo que ha caído en el plato con otro trozo de cáscara.
No separar yemas de claras utilizando las cáscaras.
Lavarse las manos con frecuencia cuando se estén manipulando huevos y se vayan a tocar otros alimentos o utensilios de cocina
No utilizar ningún utensilio que haya tocado el huevo crudo para manipular o servir el huevo cocinado, en el formato que sea (platos, tenedores, espátulas…)
Cocinar el huevo a una temperatura que alcance los 65-70º C
Conservar en el frigorífico las comidas que contengan huevo (tortillas, salsas, natillas, huevos duros…)
En el caso de hacer tortillas, cuajarlas bien en el centro y consumirlas recién hechas o mantenerlas refrigeradas hasta el momento de comer
Elaborar salsas como la mayonesa con huevos pasteurizados, y si se usan huevos frescos, hacerlas justo antes de su consumo, después tirar las sobras.
También se pueden hacer salsas sustituyendo el huevo crudo
No proporcionar salsas con huevo crudo a personas más susceptibles, niños muy pequeños, personas mayores, embarazadas, personas con problemas de inmunidad…
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